Cosas que hacer cuando tu piso se rebela contra ti:
- Cocinar bizcochos compulsivamente para intentar reemplazar el olor a humedad por el de pan de plátano.
- Frotar. Oh, mira, una araña. Matarla. Seguir frotando.
- Forrar los armarios con bolsas y trampas antihumedad y los cajones con velas perfumadas y bolas de cedro.
- Evitar sentarte en el sofá hasta que logres comprar uno nuevo.
- Organizar contrarrelojes con la nevera para ver quien llega antes, si ella con su incontinencia urinaria o tú con tu bayeta secándole los bajos.
- Reñir a la lavadora cuando esté perezosa. Hacer lo propio con la ducha.
- Poner la calefacción una o dos horas sueltas por las noches a golpe de mediados de septiembre para evitar amanecer húmeda de rocío inmobiliario.
- Conseguirte un deshumidificador lo antes de posible.
- Salir a pasear en cuanto notes que están a punto de crecerte setas en las orejas.
- Tomártelo con humor. Sobre todo que no huela tu miedo.