¿Qué habría sucedido si hoy la realidad se hubiese
desdoblado en dos?
En una habría habido un punto y aparte y en otra un punto y
seguido.
En una habría habido despedidas, quizás lágrimas, mientras
que en otra simplemente cordiales besos en mejillas y deseos de regresos tranquilos.
En una habrían sonado melodías nostálgicas y tal vez
desgarradoras en su belleza; en otra, ritmos festivos y joviales.
El camino a casa habría estado jalonado de recuerdos y
miradas atrás, o por el contrario simplemente se habría teñido de rutina.
En ambas realidades habría hecho un calor endemoniado y nos
habrían picado los mosquitos.
Y en ambas, inevitablemente, hay maletas en proceso.