jueves, 16 de mayo de 2013

Mal d'acqua

Venecia es una ciudad ineludiblemente acuática en la que, paradójicamente, puedes llegar a morirte de sed. Hace hoy exactamente siete días que el tercer miembro de nuestra disfuncional familia viajera imploró unas gotas de agua calcárea con las que refrescarse y, para desgracia de todos, su deseo no solamente fue atendido sino que se realizó con tal eficiencia y velocidad que desde entonces llevamos pagando las consecuencias de tan funesto evento.
Dicho de otro modo, el jueves pasado mi ama volcó un poco de agua sobre el portátil. Esta se filtró al interior del teclado, provocó un corcocircuito y nos dejó sin palabras. Así pues, gracias a la pericia de mi dueña hemos estado incomunicadas hasta ayer por la tarde.
Actualmente nuestro convaleciente sobrevive gracias a una prótesis porque la sanidad humana no es la única que tiene listas de espera para las intervenciones quirúrgicas. Necesitamos un nuevo teclado. Si alguien sabe de algún potencial donante compatible con nuestro grupo sanguíneo, por favor que se ponga en contacto conmigo.
Y todo porque en Venecia hasta los ordenadores se dan baños.