En su segunda semana en NYC, mi ama ha aprendido lo
siguiente:
- "Split the lane?” Es lo más romántico que te pueden decir en una piscina neoyorquina. Casi tanto como “¿Ghastas pista?”.
- El azafrán es un artículo de lujo.
- Los ángeles guardianes existen de verdad. Lo desasosegante es que su existencia denota que son necesarios.
- Una rejilla de metal sobre un hornillo no es lo mismo que un horno tandoori.
- El tamaño de las porciones en un restaurante es inversamente proporcional a la cantidad de velas que lo iluminen.
- Jamás te fíes de un autobús neoyorquino. Podrías aparecer en algún punto indeterminado de Harlem a donde ningún metro ha llegado jamás.
- Ir en taxi puede ser lo más próximo a una experiencia cercana a la muerte
- El Ayuntamiento de NYC ahorra en iluminación urbana para que las mujeres con tacones vivan en permanente riesgo de desnucarse.
- En todos los países hay céntimos tirados por el suelo. En USA van tan holgados que hasta arrojan billetes de un dólar.