domingo, 30 de septiembre de 2012

Suceso desconcertante (II)

El lunes por la tarde mi ama decidió ir de bancos. Eso en mi lengua quiere decir que uno se dirige a un parque y se va sentando aleatoriamente en todos los asientos que encuentre, pero al parecer entre los bípedos cuando uno va de bancos lo que hace es meterse en lugares cerrados y enmoquetados, plagados de ventanillas y en donde todo el mundo parece estar muy interesado en la cartera del vecino. Afortunadamente para mi ama, quien meta la mano en su bolso se arriesga a recibir un mordisco.

Pues bien, mi dueña entró en uno de esos bancos y nada más cruzar el umbral se topó con la chica de atención al cliente, que sin mediar ningún tipo de saludo gritó: “¡Oh Dios mío, me encanta tu vestido!”. Mi ama se quedó petrificada en la puerta, sin tener claro si la exclamación iba por ella o si el espíritu de Cocó Chanel acababa de pasar a sus espaldas. Por si las moscas decidió agradecer el cumplido, para no quedar mal.

Al lado de la entusiasta recepcionista había un no menos entusiasta y trajeado jovenzuelo que la atendió muy amablemente. Originalmente mi dueña pretendía abrirse una cuenta bancaria, simplemente. Pero no. Además de eso acabó enterándose de los viajes intercontinentales de su interlocutor, de su fascinación por Escocia, de que solamente conocía España de haber pasado una hora en Barajas y lo más importante: es fundamental disfrazarse en Halloween. No importa de qué, la cuestión es ponerse algo encima porque al parecer en muchos locales no te dejan entrar si vas vestido de bípedo normal. De hecho, el amable banquero salió un año con una camisa de felpa a cuadros y se inventó que iba de granjero. Quizás mi ama podría ir de business casual, que ya de por sí es bastante disfraz para ella.

El chico acompañó a mi ama hasta la puerta de la sucursal, reiterándole todo el tiempo que era imprescindible que se consiguiese una máscara de Scream o similares. Y así fue cómo un simple trámite administrativo se convirtió en una lección de sutilezas culturales. En fin, tendré que ir pensando en qué me pongo. A lo mejor si me meto dentro de un bloque de hielo puedo colar como Scrat.